Hoy te voy a contar acerca de ratas. ¿Te suena raro? Seguro que si, pero si leés todo lo vas a entender y tal vez también te empiecen a gustar.
Aquí vá, y se lo dedico en especial a quienes de ríen de otros cuando ellos les cuentan acerca de sus sueños, metas o proyectos.
(Lo menciono así porque tal vez te resuene si estás leyendo esto y tal vez alguien se haya burlado en algún momento de vos y de tus ideas, proyectos o trabajo. Sin embargo te animo a que leas la historia y me cuentes si alguna vez te pasó).
Vamos Primero a Mi Infancia
Durante los últimos días pensé mucho en un recuerdo de cuando tenía 8 años. Tenía el pelo largo, muy largo y un día se me ocurrió que quería tenerlo corto, muy corto y le pedí a mi mamá que por favor me cortara el pelo «como varón».
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«Má, me quiero cortar el pelo cortito como varón». Por supuesto la respuesta fué un rotundo NO.
Insistí. Insistí, insistí días y noches enteros. Se me había puesto en la cabeza que quería tener el pelo «corto como varón». Nadie en mi entorno usaba ese corte de pelo siendo niña en 1993. Pero yo lo quería y eso significaba cortar por completo años de crecimiento y cuidado de mi pelo largo; por supuesto, siendo nena también eso rozaba ser un «escándalo».
Les juro que le gané la batalla a mi mamá por cansancio. Fué tal mi insistencia que no le quedó otra que acceder. Ella intentó mil formas de convencerme que no era una buena idea cortarlo tan corto y que tal vez no me gustaría como me vería y no habría vuelta atrás.
Nada le funcionó porque yo estaba totalmente determinada a cortarlo, y finalmente lo hizo.
Sin que me diera cuenta, esa desición representaba y significaba el comienzo de mi fuerte persistencia ante la presencia de un deseo. Pero ¿qué tiene que ver eso con las ratas?
Acompañame al Norte Argentino
Ahora te llevo a una tarde de tal vez primavera, tal vez verano en Resistencia, Chaco. Digo tal vez porque no recuerdo bien la estación del año, solo recuerdo el calor intenso y dá igual la fecha porque literalmente allí siempre hace calor. El aire es siempre pesado, la humedad alta en el ambiente y tres adolescentes tomando tereré en una vereda, charlando y soñando. Sobre todo soñando.
Una era yo, la búfalo (o buey) y las otras dos mis ratas preferidas. Según el horóscopo chino, por mi año de nacimiento a mi me corresponde como animal el buey y a mis dos amigas que nacieron el año anterior, la rata.
Un buey y dos ratas soñando mientras tomaban tereré en una vereda con 42 grados de calor a la sombra de un arbolito. ¿El sueño? UN VIAJE.
Si, si. UN VIAJE MUY LEJOS.
Creéme que ninguna de las tres teníamos un peso partido por la mitad para concretar algo como lo que soñabamos. No contábamos con ahorros y nuestras familias menos, es más, llegamos apenas a comprar el juguito que valía cincuenta centavos para tomar esa jarra de tereré. Les juro que no es una exageración y no es mentira.
Corría el año 2004 y apenas el país trataba de recuperarse de la peor crisis unos años atrás pero ese día de calor, el deseo de VIAJAR juntas al exterior a vivir una experiencia fué tan fuerte que ninguna de las tres se detuvo hasta concretarlo.
Lo que parecía imposible, dos años después comenzaba a hacerse realidad y nuestras vidas empezaban a girar en dirección a donde NOSOTRAS HABÍAMOS DECIDIDO que fueran. Tres locas norteñas, casi sin dinero lograban cumplir su deseo ardiente.
Ahora Te introduzco a La Leyenda China
Según cuenta esa leyenda, en China el Emperador de Jade les dijo a los animales que comenzaran una carrera hacia la Puerta Celestial y el que llegara primero ocuparía el mejor rango en jerarquía de los signos zodiacales (hay muchas versiones de esta leyenda, la idea es más o menos la misma).
El buey, siempre persistente, salió a la carrera levantándose al otro día muy temprano. Atrás venía la rata.
Al llegar a un río la rata se dió cuenta que no iba a poder cruzar sola, así que el buey aceptó llevarla en su lomo. Finalmente viajaron juntos hasta la Puerta y llegaron al mismo tiempo, pero la rata siempre rápida y astuta saltó del lomo del buey y llegó ántes.
Como dije más arriba, mi signo zodiacal chino es el buey. Mis amigas son ratas y somos COMPAÑERAS DE VIAJE. y gracias a cumplir ese sueño de nuestro viaje juntas a Estados Unidos, conocí a DOS RATAS MÁS.
Una sigue siendo mi gran amiga de años y gracias a ella encontré después a mi compañero y hoy padre de mis dos hijos.
Y Ahora Vuelvo Aquí
Mayo 2020. Con todo esto te conté un poco de mí, y de la MAGIA de los sueños y deseos ardientes. Los sueños SE CUMPLEN. Y se cumplen actuando, haciendo, moviendo todo lo que haya que mover.
Hoy yo tengo otro deseo, otro sueño que se viene gestando en mi mente hace mucho y que ahora está tomando su forma concreta y se llama BLENDY.
A las dos personas que se rieron y/o burlaron de mí hace unos días, tal vez les interese saber que su reacción ante mi propuesta, sus malos deseos o su mala onda a nada pueden llegar, porque yo CREO EN MÍ.
Y no solo eso, esta buey que no se rinde ante sus deseos ardientes como cuando tenía ocho años, todavía sigue acompañada de sus ratas, que también CREEN en mí, van conmigo en este viaje y les estaré eternamente agradecida.
Si llegaste leyendo hasta acá espero que te guste la historia. Fuimos a mi infancia, luego a una tarde muy calurosa en Chaco y luego a China. Te conté un poco sobre mí. Y te quiero pedir QUE TE ANIMES. Aunque algunos se te rían o se burlen.
¿Cuántos sueños quedan truncados por las burlas, opiniones y comentarios de otros? Seguro muchos. Pero vos SEGUÍ ADELANTE, como la rata y el buey. PERSISTÍ, que ahí llegando a la parte más dura, justo ahí está la satisfacción de haberlo logrado. GRACIAS POR LEERME.
Y recordá siempre: Creé en vos.
Caro.
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